Historia de la ciudad

Historia

En la zona que ocupa su término municipal existen vestigios de la Cultura de las Cuevas, con yacimientos arqueológicos tan importantes como la Cueva de las Campanas o la Sima de Los Intentos, donde además de un interesante relieve cárstico se hallaron numerosos objetos de la etapa neolítica, que se exponen en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada.
También tenemos constancia de que la zona estuvo habitada en la Edad de los Metales y que hubo intercambios comerciales desde épocas fenicias y romanas, pero fue en época musulmana cuando se puede hablar de pequeños núcleos de población llamados alquerías que darían origen al pueblo actual de Gualchos y a la alquería de Jolúcar, que aún continúa siendo una aldea llena de encanto.
Repoblada por cristianos después de la expulsión de los moriscos como todo el reino de Granada, perdió su esplendor, que poco a poco fue recuperando hasta bien entrado el siglo XIX, cuando la filoxera atacó a las abundantes viñas y muchas familias emigraron a América y a Cataluña, sin embargo la catalanización del nombre de Castil a Castell se produjo tras la derrota napoleónica, al emigrar a este lugar un nutrido grupo de pescadores catalanes.
Por la riqueza de su agricultura y por ser paso hacia la Sierra de Lújar donde existían importantes minas explotadas desde época romana, era un lugar de gran interés para piratas berberiscos, lo que dio lugar a que se planteara un significativo sistema defensivo, con torres situadas en lugares tan estratégicos como la de Cambriles, el Zambullón, La Estancia, La Rijana y el mismo castillo, reutilizados y adaptados en diferentes épocas.
Durante el último tercio del siglo XX, ha experimentado una gran prosperidad gracias al desarrollo de la agricultura intensiva que está introduciendo el cultivo ecológico y al turismo.

Patrimonio y monumentos

Tan rico es su patrimonio histórico como natural, su paisaje con el mar y la montaña siempre presentes, es un espectáculo para todos los sentidos.
Gualchos cuenta con una interesante iglesia de tradición mudéjar, ubicada sobre la antigua mezquita, un pilar de época de Isabel II, lavaderos que se abastecen del agua de una mina de calidad excelente, desde donde se divisan unas de las mejores panorámicas de toda la costa. También conserva casas señoriales que nos hablan de un pasado esplendoroso. Sus callejuelas serpenteantes abrazadas a la montaña nos recuerdan el pasado islámico.
Caminos de herradura, esculpidos en la piedra y sorprendentes canalizaciones, que ingeniosamente extraen el agua de la profundidad de las rocas calizas, con caprichosas formas que despiertan la imaginación más dormida, El elemento más significativo del núcleo playero es su Castillo, majestuoso dominando la ensenada y testigo de múltiples batallas. Está documentado arqueológicamente desde época nazarí, aunque algunos autores le atribuyen origen romano e incluso fenicio. Se compone de tres partes bien diferenciadas, torre del homenaje, recinto para la guarnición y una batería para la artillería.